Esto de las Fiestas , tiene el aquel , de que aparece gente conocida por todos lados , con multiples invitaciones insolitas ........acudes con todos los que puedes , en vez de Navidades , deberian denominarse , las fiestas de la fraternidad social .......y Tambien , tiene su Alla , que estas mucho tiempo fuera de casa ....al calor del amor en los bares ......en un receso , antes de la nocturnidad , te echas una siesta agotada .Que llevas toda la semana de chascarrillo , entre , comidas y mas eventos , ya el frio de la calle ni lo sientes . Acabando el trabajo apresuradamente , terminando el presupuesto .......y los nerviosismos de ultima hora .
Y aun queda el maraton familiar de mañana , entre langosticos , estreses para hacer la cena , aguantar la diatriba del pater familias sobre tu vida disipada y lo poco que comes , la complicidad de los cuñados , en eso tengo suerte , tu si que vives bien y el nerviosismo de hermanas con los niños ...........dos dias al año .......me estoy mentalizando
Menos mal que me enclaustro ya , ya mismo, a estudiar los parciales y eso me salva de esta procelosa vida de laciocinio
Pd , la foto la he puesto para sugerir , que estas cosas me vacian de contenido vital individual y me dejan sin cuerpo .........
6 comentarios:
No sé por qué razón los comentarios de tu blog no se cargan...
Feliz navidad, solsticio, o lo que sea.
Eduardo
Se te ha olvidado mencionar el sexo vacío con extraños de los que al final no te acuerdas ni del nombre, todo sea por las fiestas!!!jaja
Es que eso , ami me ocurre , mas la semana de nochevieja , tod el mundo quiere o acabar o empezar el año chingando ...o al menos lo intentan :) si es tipico
A mí, la vida disipada me parece lo ideal. Lo que no soporto es la vida muy muy densa, con tanto peso moral que te aplasta.
Yo el año pasado también intenté acabar el año chingando con un maniquí. Pero justo a esa hora todas las tiendas estaban cerradas, y en los contenedores de la basura no encontré ninguno.
(Yo creía que la gente el fin de año se entretenía tragando uvas y jugando con matasuegras y serpentinas y gorritos de papel).
Cuando, hace años, me pasó eso de sólo ver mi ropa en el espejo, empecé a rechazar las invitaciones insólitas, el calor del amor en los bares (que al final era el calor de los cigarros ajenos), incluso me cansé de intentar chingar a final de año (ahora lo intento en semana santa, que es más relajado).
Lo que he conseguido con todo eso es que ahora, al mirarme al espejo, ya ni siquiera veo la ropa.
Feliz todo, en cualquier caso, y que cada uno chingue y coma uvas y matesuegras y se disipe lo que pueda.
Perfectos Saludos.
A mí eso de no verme en el espejo me pasa con las puñeteras compras navideñas. Al final, aunque no quieras, tienes que acabar comprando algo absurdo que sabes que no sirve para nada porque toca o porque tienes que hacerle un regalo a alguien. En ese instante mi bolsillo y yo nos sentimos muy muy vacíos y bastante idiotas.
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